El alcoholismo es una de las sustancias que más se consumen a nivel mundial y que provoca mucho dolor a nivel individual y familiar.

El consumo excesivo del alcohol, agregándole el dolor y el conflicto interno de la persona, que igual no sabe que existe, puede ocasionar daños irreversibles a ciertas partes del cuerpo y en ocasiones a las personas más cercanas.

Actualmente se busca de varias formas ayudar a este problema, ya que es de gran impacto en la sociedad. Uno de los programas más famosos y con mayores resultados es el programa de 12 pasos. Pero, ¿por qué 12 si se puede hacer en menos?

Trataré de dar contexto y mostrar el cómo para poder lograr un cambio rotundo en la vida de una persona con problemas de alcoholismo.

Hemos escuchado en las noticias individuos que han robado, matado, defraudado y otras cosas más por el hecho de haber estado intoxicados y con su tela de juicio virtualmente apagada.

Nadie que está sano mental y emocionalmente pudiera concebir actuar de formas violentas para uno y los demás.

Sin embargo, cuando hablamos de las consecuencias del alcohol a nivel mundial la cosa cambia. El alcohol, a percepción general de la sociedad, es que, si no se abusa de él, no es malo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), de forma que nos ha alertado sobre las consecuencias del consumo de alcohol, afirmando que en 2012 produjo más de 3,3 millones de muertes en el mundo.

Según afirman los investigadores, una de cada tres personas del mundo consume alcohol. Además, a lo largo del año mueren por problemas de salud asociados al mismo el 2,2% de las mujeres y el 6,8% de los hombres, haciendo un total de 2,8 millones de muertes. Otra de las conclusiones fue que, al menos en el año 2016, el consumo de alcohol fue la séptima causa a nivel mundial de riesgo por muerte prematura, y la primera en personas de entre 15 y 49 años.

<<Historia de Los 12 Pasos>>

El programa de los doce pasos es un programa inicialmente creado y aplicado en Estados Unidos, en el año 1935, por William Wilson y Robert Smith (este último más conocido como Doctor «Bob» Smith), al principio orientado a tratar el alcoholismo, y más tarde extendido y adaptado prácticamente a todos los tipos de dependencia.

El programa de 12 pasos es la estrategia central de la gran mayoría de los grupos para el tratamiento de las dependencias químicas, emocionales u otras.

El primero de este tipo de programas fue el de un grupo de Alcohólicos Anónimos (a veces denominados simplemente AA) en Akron, Ohio.

No obstante lo cual, aún hoy día es corriente oír continuas referencias a Dios en las reuniones de A.A., si bien esto es resultado de un uso social del lenguaje más que de una aceptación de un término de marcado carácter religioso.

No voy a profundizar en el programa de los 12 pasos, pero si quería puntualizar que su historia e impacto social es uno que merece reconocimiento y agradecimiento. Si no fuera por ellos, muchas vidas no se hubieran transformado y nos encontraríamos con mucho más caos del que hay.

– Lo que le falta a los 12 pasos:

Una de las cosas, si no una de las más importantes, es que se desconoce ni se fomenta el poder que el individuo tiene.

Hay mucho dentro de cada una de las personas. En cada una de ellas están los talentos, la creatividad, las iniciativas, el amor, la fuerza, la sensibilidad, la sabiduría y mucho más para transformarse a sí mismo y transformar su realidad.

Muchas personas no necesariamente dejan o trascienden el problema que ocasionó que se llegará al alcoholismo. No se aborda ni se sana el aspecto más profundo de la psique humana y los sentimientos que se encuentran no resueltos en las profundidades del corazón de cada uno de los participantes.

Aquí es donde falla el grupo de alcohólicos anónimos y muchas otras organizaciones.

Hay innumerables casos donde la persona dejó el alcohol pero lo reemplazó con otros comportamientos igual o peores al alcohol.

Hay personas que siguen cayendo una y otra vez en el alcoholismo o se pasan a otra adicción.

Personas que se sienten víctimas y creen que el alcohol es provocado por una fuerza ajena a ellos y que no tienen control. Gente que no sabe controlarse y que no pueden disfrutar tomar algo sin que pierdan el control, la razón y la conciencia.

Viviendo en una pelea interna constante, ya que por un lado disfrutan de la bebida y el ambiente y los aspectos positivos del ingerir el alcohol. Las relaciones, el sentirse expuestos y desinhibidos y una valentía sin tapujos ni miedos.

Y por el otro lado la culpa, el rencor, la soledad, la rabia que siguen ahí sin resolverse y que el alcohol es una vía de escape a tanto estrés no disuelto. Ya sea en el aspecto laboral, falta de conexión en las relaciones, aspectos emocionales inconclusos y no sanados por parte de algún familiar, etc.

– El problema sigue después del alcoholismo:

Como comentaba anteriormente. Muchos creen que el problema es el alcohol, pero para nada esto es cierto.

El problema son los hábitos y pensamientos que pasan inconsciente y conscientemente por la mente de la persona. Todas esas sensaciones y emociones que dan paso a la toma de decisiones y por consecuentemente las acciones que dan cierto tipo de resultados.

Esta estructura mental, con su diálogo interno, es lo que realmente ocasiona el problema que alguien agarre un vaso y no pueda detenerse hasta perder la inconsciencia.

Entonces, si ponemos atención a lo antes dicho y somos curiosos, ¿qué pensamientos son los que ocasionan que uno decida hacer algo que no le genera bienestar?

¿Qué es eso que no alcanzamos a ver que genera toda la autoviolencia interna y que luego se proyecta en acciones de igual o similar magnitud en el entorno?

Sino se resuelve el inicio, la raíz, el primer ladrillo de la estructura interna que genera la autoviolencia y la inconsciencia de sus consecuencias, no puede haber un cambio verdadero y radical en el interior de la persona.

Esto fomenta y sigue sugiriendo que uno es víctima de las emociones y de las sensaciones. Por lo que esos hábitos autodestructivos no habrán sido sanados ni transformados, sino solamente cambiados de lugar.

Es por eso que ves gente que dejó el alcohol, pero que se pierden en el sexo, en las apuestas, en el ejercicio, en el trabajo, en otras sustancias, en explotar emocionalmente con los hijos, con los amigos… y muchos más ejemplos.

Aunque salgamos de algo, no significa que hemos salido del patrón interno mental que ha y sigue ocasionando estrés.

El conflicto interno seguirá hasta que uno profundice y trascienda toda limitación interna y pueda encontrar una paz tan profunda y llena de propósito y amor, que todo aspecto negativo podrá dejar de tener peso y protagonismo en la vida interna de todo individuo.