El poder de la Mujer

En el Día Internacional de la Mujer se conmemora la lucha por la igualdad social de las mujeres. Aquí no trataremos el tema de “la mujer”, sino de la Mujer Divina, el aspecto femenino, consciente e intuitivo.

Esta visión de la mujer y del hombre como dos fuerzas que deben igualarse es una idea un tanto equivocada. La historia humana se ha construido a partir de creencias que dividen al mundo en “masculino y femenino”, como si fueran fuerzas, entidades separadas y opuestas. Esta forma fragmentada de percibir el mundo viene de juicios, conflicto y miedos. Éstos son consecuencia de la falta de autoconocimiento.

El ser humano, dominado por el ego y fuera de sintonía consigo mismo, ve el mundo a través de un cristal roto que distorsiona la realidad. Así, está sujeto a toda clase de polaridades, incluyendo la de mujer-hombre. Para trascender esta dualidad debe regresar a su estado original de amor y sabiduría, donde se fusiona la aparente polaridad.

Transformación

La verdadera igualdad y reconocimiento de la mujer sucederá cuando su verdadera esencia, su verdadero Ser despierte en ellas. Cuando ellas regresen al amor incondicional e intuitivo todo será igualado-equilibrado, todo será visto desde el amor. Este estado tiene un poder extraordinario, y no tiene nada que ver con el sexo femenino y masculino.

Hoy es importante recordar la urgencia de que la expresión divina femenina despierte y se muestre al mundo. Esta expresión pura y sabia sacudirá la falsa creencia en la división de las personas y por tanto disipará el supuesto de la necesidad de igualar a la mujer y al hombre. Son dos expresiones hermosamente distintas e inigualables por naturaleza.

La energía femenina que vive tanto en la mujer como en el hombre, debe descubrir su lugar en el mundo. Recordar que en su estado más puro tiene el poder de transformar, sostener, nutrir y guiar a todos hacia una tierra en armonía, paz y conciencia.

Reconocer

La perfecta armonía solo vendrá cuando tanto el hombre como la mujer, tú, despierten a la verdad esencial de quienes son, esa experiencia tan pura y verdadera que trasciende edad, raza, nacionalidad y, desde luego, género. Sólo así tú como individuo podrás reconocer la hermosa danza que dibujan los principios femenino y masculino dentro de ti. Reconoce que no son iguales sino perfecta y misteriosamente complementarios. El uno no existe sin el otro. La verdadera fuerza reside en la unión de estos opuestos en apariencia, en el reconocimiento consciente de que tú eres más allá de una mujer, más allá de un hombre; eres la totalidad que observa y atestigua la Existencia.

La invitación es y será siempre: indaga más allá de la aparente dualidad del mundo y despierta a tu naturaleza real. Eres Gran-Diosa no por tus acciones y logros mundanos. Es porque eres perfecta expresión de la Divinidad en cuerpo de mujer.

Sarkhan