Un Superhéroe

Necesitamos descubrir la cualidad heroica de nuestros corazones; la conciencia dadivosa, servicial y libre. Necesitamos ser superhéroes en el mundo.

Es fascinante cómo nuestra imaginación anhela experimentar más de la vida. Nuestra mente de niños era libre para ser, para imaginar. No había límites, ayudábamos al planeta con nuestra capacidad crear fantasía.

Quién no ha deseado alguna vez, sobre todo cuando éramos niños y nos atrevíamos a soñar, tener el poder de volar, o una súper fuerza o inteligencia para traer paz al mundo, proteger a los inocentes, crear orden y armonía donde reina la violencia y la injusticia.

Desde que éramos niños hemos tenido el deseo innato de ayudar y de dar. Los cómics y las caricaturas nos muestran la faceta humana de proteger y ayudar a los demás. Un superhéroe es aquél que está al servicio del bienestar de los demás.

Batman

Entre todos los superhéroes, con el más me identifiqué siempre fue Batman, un verdadero héroe. Quizá no tenía los poderes de otros super héroes, pero reflejaba una pasión y entrega sin límites, incondicional.

La pérdida de sus padres que sufrió de niño, me recordaban a mí mismo, cuando yo perdí a los míos. Lo que resultó de ese suceso fue un movimiento de entrega y ayuda al mundo, en lugar de quedarse estancado en el miedo, la culpa y el deseo de venganza que carcomen el alma.

Por tanto, Batman, se convirtió en un modelo a seguir para mí, alguien con valores y con la fortaleza suficiente para llevar a cabo una misión. Un ser humano común que optó por entregarse al prójimo por completo, incluyendo su fortuna, para evitar que alguien más sufriera lo que a él le tocó vivir de pequeño.

¿Por eso, quién no sueña con tener todos los talentos, poderes y genialidad para poder ayudar al mundo a que viva de una manera más armoniosa y justa?

Superman

También tenemos el ejemplo de Superman, un personaje con dos personalidades: uno de superhéroe y el otro su alter-ego, Clark Kent. ¿Porqué necesita ocultarse bajo la máscara de Clark Kent? Para no ser rechazado, para ser aceptado e integrarse en la sociedad.

De todos modos, aunque Superman se oculte tras la imagen de Clark Kent, observamos que nunca deja de ser Superman. Come siendo Superman, se duerme siendo Superman. Nunca deja de ser quien es realmente aunque pretenda ser otra cosa.

¿Qué trato de comunicar con esto? Que es igual para nosotros. Siempre hemos vivido siendo Superman: de naturaleza sobrehumana, enormes, fuertes y poderosos, entregados al bien del mundo, sin límites. Tanto así que incluso Superman se quedaría corto.

Quien somos realmente y lo hemos sido siempre, es puro dar , sabiduría e inocencia. Hemos invertido tanto tiempo en pretender ser Clark Kent, sumidos en la idea de limitación, de no ser suficientes, de creer que la vida es una lucha constante, que hemos olvidado que somos mucho más grandes que un simple disfraz.

Nos hemos acostumbrado a vivir desde el miedo, buscando siempre ser “adecuados” para ser aceptados y en última instancia ser amados. Esta perspectiva de reportero, basada en limitación, y donde crees ser algo menos que pura grandeza, no te ayuda ni a ti ni a nadie.

Si la gente se atreviera a sobresalir, descubrirse y vivir desde su grandeza ilimitada, sólo entonces tendríamos acceso a los superpoderes de Superhéroe: Verdad, Amor, Amabilidad, Compasión. El conflicto y la desarmonía desaparecerían del mundo.

Se necesitan héroes dispuestos a romper las cadenas de la identificación con nuestra mente, recordar nuestro ser verdadero y liberarnos del autoimpuesto disfraz de hierro. Rasgar las vestiduras de un falso “yo” y descubrir el símbolo de nuestro poder, como la “S” de Superman.

Entonces, nuestra presencia, nuestras acciones, nuestro ejemplo, nuestra luz iluminarán al mundo. No depende de nosotros cómo reaccionen los demás a esa luz, si los deslumbra, a lo mejor necesitarán lentes obscuras.

No hay poder más hermoso que reflejar sabiduría y amor y este poder será el que cree un espacio abierto para recibir a todo aquel que esté listo para elevarse a su propia naturaleza.

Porque héroe no es aquel que puede volar ni desdoblarse, sino aquél que está dispuesto a liberarse de la identificación con su mente, aquél que elige abrir su corazón para amar y ser amado.

En palabras del Buddha:

“Vale más alguien que se ha conquistado a sí mismo que ejércitos completos que han ganado más de mil batallas.”


~Sarkhan